lunes, 23 de marzo de 2015

Escucha MENTES LIBRES

Este lunes a las 8:00 de la noche hora local de Guadalajara no te pierdas el programa MENTES LIBRES con el análisis del acontecer actual en México. Escúchalo aquí.

sábado, 22 de febrero de 2014

LOS PLANES DE LA COOPERACIÓN RUSO-MEXICANA PARA EL 2014 Lukoil y Pemex En el Foro Económico Mundial celebrado en Davos (Suiza) Vagit Alekpérov, presidente de Lukoil, y Emilio Lozoya, director general de Pemex, firmaron un acuerdo para trabajar juntos en actividades de producción y exploración de diferentes yacimientos mexicanos. El embajador destacó que la petrolera rusa es la primera empresa internacional que anuncia este acercamiento tras la aprobación de la Reforma Energética, que supuso un cambio por el cual se permite la inversión privada y extranjera en el sector energético mexicano. El memorando de entendimiento implicará inversiones rusas en México y la transferencia de tecnología rusa al país norteamericano. La mexicana Alpek contará con una planta de producción en Rusia Según explicó el embajador Rubén Beltrán, México necesita inversiones y tecnología en el terreno energético, calculadas entre 30.000 y 50.000 millones de dólares anuales. La mayor parte debido a las dificultades para realizar la exploraciones de yacimientos que se encuentran en aguas profundas. Una vez establecido el acuerdo, ambas partes trabajan en detallar cómo, dónde y cuando se harán la transferencia de tecnología y las inversiones. Exportación de alimentos Prodexpo, la mayor feria de productos alimenticios de Rusia, se celebra en Moscú entre el 10 y el 14 de febrero. Numerosas empresas latinoamericanas ofrecen sus mejores productos para la exportación. México está representada por unas 25 empresas, básicamente son tequileras, de café, aguacate, cítricos y aceites. Turismo Entre los rusos hay un renovado interés por la cultura mexicana, lo que se traduce en un aumento del turismo. Según el embajador, el objetivo establecido de recibir 100.000 turistas rusos al año ya se superó. "Rebasaremos sin duda esta cifra, porque a finales de noviembre, ya habían visitado México 96.000 turistas rusos", dijo el embajador. Es significativo el aumento porcentual, con un incremento del 70% en los cinco seis meses del 2013, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Ruben Beltrán añadió que para el año 2014 el objetivo que se ha marcado México es recibir 135.000 turistas rusos. Además, las aerolíneas rusas Aeroflot y Transaero, que controlan el 47% del mercado aéreo de ese país, aumentaron de 12 a 16 el número de vuelos mensuales de Moscú a Cancún. Trabajo conjunto El potencial de intercambio entre ambos países es enorme, y hay posibilidades de realizar una mejora cualitativa de las exportaciones. El año pasado asistimos a la adquisición por parte de la compañía mexicana Interjet de veinte aviones Sujói Superjet 100. Además, Rusia apoya a la la Agencia Espacial Mexicana, creada en 2010, en el desarrollo de tecnologías satelitales para el estudio de la atmósfera. Por otro lado, la empresa productora de harina de maíz, Gruma, planea abrir una fábrica en Moscú y diversas empresas autoparteras muestran su interés en invertir en Kaluga, Kazán y otras regiones de Rusia. Encuentros de alto nivel El embajador informó que para el 2014 se prevén encuentros entre los presidentes y los ministros de Exteriores de ambos país que tendrán como objetivo desarrollar las relaciones bilaterales. Conviene recordar que la cancilleria mexicana y rusa coinciden de manera habitual en diferentes foros: APEC, G20, reuniones de las Naciones Unidos en Nueva York... En el marco de la conferencia internacional sobre Siria, conocida como Ginebra 2, el canciller ruso Serguéi Lavrov mantuvo un encuentro con su homólogo mexicano José Antonio Meade. El embajador apuntó que en la primera mitad del año asistiremos a la reunión de la comisión mixta entre ambos gobiernos. Se está acordando el lugar del encuentro y, probablemente, sea en Moscú, dijo Rubén Beltrán.
La trampa de bajar salarios para ganar competitividad La historia es antigua, pero merece ser rescatada para entender cómo, en ocasiones, decisiones profundamente equivocadas avivan problemas seculares. A finales del siglo XVIII, la parte más oriental de la isla La Española (donde hoy se aloja Haití) era una de las zonas más prósperas del Caribe gracias a la caña de azúcar. Sobresalía la colonia francesa de Saint-Domingue, el único caso en la América esclavista en el que surgió una clase de plantadores negros totalmente libres. Esa comunidad llegó a crear la Societé des Amis des Noirs para ayudar económicamente a la revolución francesa y defender sus derechos. El destino natural de ese grupo de emprendedores hubiera sido mezclarse con las clases altas e identificar sus intereses comerciales con los de los blancos. Pero no fue así. La burguesía francesa, celosa de que un grupo de negros les hiciera la competencia, procuró una y otra vez aislarlos y cerrar el camino de la manumisión, lo que significaba lisa y llanamente convertir en papel mojado una vieja ley, el Code Noir de 1685, que otorgaba la ciudadanía plena a los negros libertos. La consecuencia de esa política de exclusión fue inmediata. Los plantadores mulatos y negros tuvieron que aliarse con sus vecinos de color más pobres y al final empuñaron las armas. No hace falta decir el resultado. Hoy la isla La Española es un territorio pobre en el que sigue pesando aquella decisión equivocada de un grupo de colonos blancos. Incluso, a muchos dominicanos se les ha retirado recientemente la ciudadanía por el simple hecho de que sus padres nacieron en la otra parte de la isla. Algo parecido sucede en Europa. O mejor dicho, en algunos países de la Unión Europea, donde una política económica a veces suicida alimenta un proceso xenófobo de incalculables consecuencias. El resultado del referéndum en Suiza ha sido el último episodio, pero media Europa está jalonada de casos en los que ciudadanos sin ningún comportamiento racista en su vida cotidiana -honrados padres de familia que pagan sus impuestos- mutan políticamente porque ven amenazados sus salarios y sus empleos por la competencia ‘desleal’ de trabajadores extranjeros dispuestos a vender su fuerza de trabajo por una cantidad muy inferior a lo que dictan las normas laborales. Un par de datos explican de forma gráfica las razones de este fenómeno. El salario mínimo del país más pobre de la UE, Rumania, equivale a 174 euros, mientras que en el más rico, Luxemburgo, se sitúa en 1.921 euros al mes. O expresado en paridad de poder compra con el objetivo de tener en cuenta el coste de la vida. La diferencia es de cinco a uno (1.576 euros frente a 345). La distancia es todavía mayor si la comparación se hace con ciudadanos de fuera del continente, principalmente de África subsahariana, donde las condiciones de vida son extremas. Y lo que ha sucedido hace unos días en la playa del Tarajal (increíble que no haya sido destituido ya el director general de la Guardia Civil por mentiroso o ignorante) es fiel reflejo de la situación. Repugna que Fernández de Mesa siga en el puesto. Lo que mueve la pobreza Esas profundas diferencias son las que explican, según la OIT, que el número de personas que migran por razones económicas en el planeta haya pasado de 154 millones en 1990 a 232 millones en 2013. Alrededor del 3% de la población mundial se ha visto obligada a cambiar de aires para encontrar un empleo. Se está produciendo una batalla incruenta -y en la mayoría de las ocasiones silenciosa- entre quienes tienen un empleo y quienes carecen de él. Entre quieren tienen un salario y quienes están dispuestos a trabajar incluso más por menos dinero. Como se ve, un formidable conflicto social está en ciernes La consecuencia, como no puede ser de otra manera, es que se está produciendo una batalla incruenta –y en la mayoría de las ocasiones silenciosa– entre quienes tienen un empleo y quienes carecen de él. Entre quieren tienen un salario y quienes están dispuestos a trabajar incluso más por menos dinero. Como se ve, un formidable conflicto social que está en ciernes y que puede estallar en cualquier momento de forma cruenta. Las guerras del futuro no serán las del agua o las del petróleo, como se pregona, sino la de los salarios. Con razón, Alemania, que ve las cosas venir antes que otras naciones, acaba de instituir un salario mínimo y no se le ocurre desmontar la negociación colectiva. Precisamente para evitar que la entrada de inmigrantes dispuestos a trabajar por cualquier sueldo y en la peor de las condiciones posibles (muchos de ellos españoles) dinamite desde dentro su mercado laboral. La causa de este conflicto larvado hay que vincularlo al lento declinar del modelo social europeo en algunas partes de Europa, no en todas. En particular en países, como España, que han convertido el trabajo en una mercancía más, como si se tratara de un producto comercializable (una aspiradora, un vehículo o un saco de patatas) y por lo tanto sometido a las leyes de un mercado desnudo de ética y racionalidad. Un craso error coherente con una política cortoplacista que no tiene en cuenta que bajar salarios o permitir contratar por debajo de unas tarifas razonables, deriva necesariamente en el debilitamiento del Estado social que proclama la Constitución. Al margen de las consecuencias políticas, como se verá dentro de muy poco en las elecciones europeas. Y no estará de más recordar que detrás de ese modelo social se encuentran prestaciones tan esenciales como la sanidad, la educación o las pensiones. Por lo que si se bajan los salarios de forma temeraria en realidad lo que se pone contra las cuerdas es el Estado de bienestar. Probablemente, el mejor invento económico de los últimos siglos. Hasta el punto de que el pacto estratégico entre la derecha y la izquierda ha permitido el periodo de paz más largo de la historia europea. Teoría de las ventajas comparativas El economista Robert Skidelsky, el gran biógrafo de Keynes, ha recordado que una de las claves de la Gran Depresión de los años 30 fue el proteccionismo a ultranza que se precipitó tras el hundimiento de Wall Street. En su escrito, ha sacado a colación una vieja proposición del profesor Samuelson en la que defendía el libre comercio basándose en la teoría de las ventajas comparativas, según la cual el comercio internacional siempre es beneficioso, incluso cuando un país puede producir más barato por el bajo coste de su mano de obra. Esa es la trampa en que se ha metido la economía española. Bajar salarios compromete la financiación de las pensiones, la educación o la sanidad, y, como consecuencia de ello, ningún Gobierno tiene margen para bajar la presión fiscal, que recae, precisamente, en las clases medias que ven amenazado su salario Samuelson, sin embargo, como recordaba Skidelsky, matizó al final de sus días esa teoría, y aunque dijo que se trataba de la más bella del mundo, cambió de opinión. Para el premio Nobel, la teoría de las ventajas comparativas (una especie de división internacional del trabajo que obliga a los países a especializarse) yerra si naciones como China, que puede combinar bajos salarios y tecnología occidental, copa el mercado. Entonces, sostenía Samuelson, el comercio provocará una baja de salarios en Occidente, y aunque es verdad que los productos serán un 20% o un 30% más baratos, lo cierto es que la rebaja no podrá compensar la caída de los salarios. Esta es, precisamente, la trampa en que se ha metido la economía española. Bajar salarios compromete la financiación de las pensiones, la educación o la sanidad, y, como consecuencia de ello, ningún Gobierno tiene margen para bajar la presión fiscal, que recae, precisamente, en las clases medias que ven amenazado su salario. Como se ve una espiral diabólica. Algo que explica la creciente desafección de buena parte de la ciudadanía contra todo lo que huela a política. Es evidente que la corrupción, la baja calidad de las instituciones o los sempiternos conflictos territoriales convierten a la política en un asunto ajeno a cualquier esperanza. Pero la sensación de que el mercado de trabajo ha derivado en una jungla es, sin duda, el origen de muchos conflictos sociales que tarde o temprano aflorarán. ¿Quiere decir esto que hay que restringir al máximo la entrada de inmigrantes para que no bajen los salarios? En absoluto. El error es considerar la inmigración el origen del problema y no la consecuencia de una mala política económica que desatiende el largo plazo. Una explicación incauta de lo que ocurre se basa en pensar que cuando entran trabajadores extranjeros en un país decrecen tanto el empleo como los salarios, pero se olvida que su presencia no sólo determina la oferta de trabajo, sino también la demanda. Los inmigrantes consumen y tienen habilidades que los nativos no desarrollan, por lo que en muchas ocasiones no compiten por un mismo puesto de trabajo. La clave, por lo tanto, es favorecer la inmigración –algunos lo han llamado la ‘ética de lo posible’– siempre que no se degraden las condiciones laborales en los países de entrada. Ya sea evitando bajar salarios sin tener en cuenta la productividad o precarizando el mercado de trabajo hasta convertirlo en una selva insoportable. Ordenando, al mismo tiempo, la globalización para que esas ‘ventajas comparativas’ del comercio mundial no sean desequilibradas. El propio FMI, poco sospechoso de ser un agente del enemigo, ha dejado por escrito que la globalización sólo es posible cuando un país es capaz de garantizar que la apertura de su economía revierte en el conjunto de la sociedad y no sólo en una parte. Creando para ello una red de seguridad capaz de proteger a quienes pierden su empleo o ven reducir su salario por ese ejército de reserva que a veces es la inmigración. De lo contrario, se hará verdad aquella vieja máxima que dice que un economista es alguien que conduce un coche a gran velocidad y que periódicamente -cuando hay crisis- mira por el retrovisor para saber cuántos cadáveres ha dejado en la cuneta. Y Marine Le Pen, puede ser la conductora.
Gobierno de Peña pagó 576 mil pesos a Warner, editora de revista Time Share La empresa Time Warner (Time Inc.) recibió dos pagos por parte del actual gobierno federal, los pagos recibidos suman un total de $576,000.78. El primer pago es por $480,000.43 y el segundo por la cantidad de $96,000.35 bc52fe559536d4f_eccc3c91ccd9778a333af2cf043b9f07 Michael Crowley, autor del reportaje de portada sobre EPN. La anterior información fue obtenida del reporte de la Dirección General de Normatividad de Comunicación en su informe sobre la ejecución de los programas y las campañas de comunicación social y publicidad del gobierno federal para el ejercicio fiscal Enero-Octubre de 2013

martes, 28 de enero de 2014

Pactan legalizar autodefensas en Michoacán; no entregaremos las armas, advierten FRANCISCO CASTELLANOS J. 27 DE ENERO DE 2014 DESTACADO Uno de los controles de la autodefensa en Tancítaro, Michoacán. Foto: Eduardo Miranda TEPALCATEPEC, Mich. (apro).- El comisionado federal para la seguridad en la entidad, Alfredo Castillo, y los 30 coordinadores de los grupos de autodefensa acordaron legalizar su actuación, así como sumarse a las defensas rurales o policías municipales hasta alcanzar su plena asimilación institucional. A casi un año de su surgimiento y en un acto realizado a las 14:00 horas en la Asociación Ganadera de esta población, las autodefensas pactaron sumarse al cuerpo de defensas rurales del Ejército. Además, podrán formar parte de la policía municipal una vez que sean avalados por los respectivos cabildos y aprueben los exámenes de confianza. Pese a la firma del acuerdo, algunos comandantes expresaron su rechazo a los planteamientos y señalaron a Apro que la lucha seguirá. “Se tomará Apatzingán y el resto de los municipios en coordinación con las fuerzas armadas; ingresaremos a las defensas rurales, pero jamás entregaremos las armas”, advirtieron. El pacto también prevé que los guardias civiles no avanzarán más hacia otras localidades; asimismo, deberán entregar una lista con el nombre de todos los miembros y llevar a cabo el registro de sus armas ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Alfredo Castillo, acompañado del comisionado de la Policía Federal (PF), Enrique Galindo, y el gobernador priista Fausto Vallejo, se comprometió a dotar a los grupos armados de herramientas para su traslado y comunicación. El documento destaca ocho acuerdos, entre ellos que las autodefensas “se institucionalizan al incorporarse a los Cuerpos de Defensa Rurales. Para este fin, los líderes de las autodefensas presentarán una lista con todos los nombres de sus integrantes, los cuales serán validados con la formación del expediente respectivo, controlado por la Sedena”. Estos cuerpos, se abunda, “serán temporales y estarán bajo el mando de la autoridad en los términos de las disposiciones aplicables”. Además, “para la protección de sus comunidades, personal de las autodefensas podrá formar parte de la Policía Municipal, siempre y cuando acredite los requisitos de ley y cuente con el aval del cabildo de su ayuntamiento para ser propuesto para formar parte de dicha policía”. Incluso, las autodefensas “se obligan a registrar las armas que actualmente poseen o portan” ante la Sedena. En tanto, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) o, en su caso, la Sedena “se comprometen a dotarlos de las herramientas necesarias para su comunicación, traslado y operación”. Se acordó además que en los municipios en conflicto se llevará a cabo una auditoría del uso de los recursos públicos. También se pactó la rotación de los agentes del Ministerio Público Federal y local, así como la instrumentación de unidades móviles de MP. Mientras, la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán se compromete a mantener comunicación permanente con los municipios afectados para ofrecerles el apoyo conforme a sus facultades. Un tema importante plasmado en el documento es el de las personas que fueron detenidas por portación de arma de fuego y que se encuentran en libertad provisional bajo caución. En este caso, se acordó, se harán las gestiones pertinentes para que puedan firmar en el estado de Michoacán sin tener que trasladarse a otras entidades federativas. Por último, en el caso de los servidores públicos municipales y estatales que tengan responsabilidad penal o administrativa, y ésta se encuentre totalmente acreditada, “se les aplicará todo el peso de la ley”. Por su parte los coordinadores de las autodefensas propusieron se indemnizara a los familiares de las víctimas de la delincuencia organizada. El comisionado Castillo respondió que ello se verá dentro del marco de la Ley de Víctimas. Pese a lo pactado, los comandantes anunciaron que “la toma de Apatzingán se hará en forma coordinada con los grupos de autodefensa y el gobierno federal, al igual que del resto del estado. No habrá tregua al crimen organizado”, advirtieron. Hipólito Mora, líder de autodefensas de La Ruana, sostuvo que en cualquier momento ingresarán a Apatzingán. Mora reiteró, en entrevista en Tepalcatepec, que no dejarán las armas por el momento, aunque dijo que serán más discretos al momento de portarlas. Una de las metas importantes para los grupos de autodefensa, aclaró, es llegar al municipio de Apatzingán y tomar completamente el control, ya que según él sigue siendo un bastión de delincuentes. De igual forma afirmó que “estamos dándole un voto de confianza al gobierno al armar este acuerdo y esperemos que nos cumpla, mientras tanto no dejaremos las armas”.
Se duplican las quejas por reducción salarial El 70 por ciento de los trabajadores que piden asesoría es de la industria electrónica, el resto es del sector comercio, transformación, entre otros. El 80 por ciento de quienes presentan una inconformidad son mujeres (Milenio) TERESA JASSO 28/01/2014 05:30 AM Guadalajara Tras entrar en vigor las nuevas disposiciones contenidas en la reforma fiscal, el número de quejas por parte de empleados se elevó al doble, informó el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) en Jalisco. Jorge Barajas Martínez, coordinador general del organismo, dijo que reciben un promedio de 100 quejas al mes, pero que durante enero ya suman cerca de 200. El 70 por ciento de los empleados que pide asesoría es de la industria electrónica, el resto corresponde a las áreas de educación, transformación, comercio, instituciones religiosas y de gobierno. El 80 por ciento del total son mujeres. Entre las principales inquietudes de los trabajadores está el saber si la reducción efectiva a su salario corresponde legalmente a lo establecido en la reforma hacendaria, esto se deriva de que un alto porcentaje de empresas renovaron contrato a sus empleados con las modificaciones al salario. “Antes las prestaciones eran libres de impuestos, por eso muchos teníamos fondo de ahorro, despensa, ayuda para transporte, ayuda para renta, medicinas y servicio médico privado. Incluso el patrón usaba estas prestaciones para deducir y eran libres de gravamen, pero ahora la mayoría de los empresarios, para evitar cargar estos impuestos, los cargaron a los empleados y al final esta carga fiscal se refleja en la reducción de los sueldos”. Así, las empresas integraron las prestaciones al salario de los trabajadores, lo que en apariencia es más dinero que llega al bolsillo cada semana, quincena o mes, pero al final “si haces sumas y restas, lo que percibes es menos que antes porque ya no tienes prestaciones y, además, pagas impuestos por ingresos que antes no”. En esta dinámica de ajustes salariales y cambios de contratos, dijo, pueden darse abusos por parte de las empresas respecto a los contratos. “A la mayoría les dieron contrato nuevo porque se modificaron los salarios y es ahí donde puede haber abusos, en la redacción del documento, porque está prohibido cambiar las condiciones laborales, como horario, puesto, funciones, y el salario cambia sólo respecto a que las prestaciones se integran de forma directa, ya son pagos directos, pero no, esto no debe reducir el salario, el cual debe quedar, por lo menos, como estaba ante el IMSS antes de la reforma”. Hasta el momento es indefinido el número de empresas que trasladó la carga fiscal a sus empleados, no obstante, el organismo advierte que los empleados caminan sobre la cuerda floja ya esto sería un golpe directo a la economía de los trabajadores. “Las empresas tienen la opción de no integrar las prestaciones al salario y absorber ellos los impuestos, pero será difícil determinar quién sí lo hará y quién no, ya que lo que antes les causaba una deducción ahora será una carga fiscal y es posible que muchos empresarios no estén dispuestos o no tengan la capacidad para absorber estos nuevos gastos”, advirtió que esta es la principal preocupación, por lo cual prevén complicaciones a mediano plazo. El Cereal brinda asesoría y representación legal gratuita en sus oficinas ubicadas en Contreras Medellín número 245, en el Centro de Guadalajara. También atienden en el teléfono 3614-8095 o a través de su correo electrónico cereal-gdl@sjsocial.org. Claves El panorama en Jalisco -Algunas empresas aprovecharon para hacer cambios en condiciones de trabajo, esto está fuera de la ley -El Centro de Reflexión y Acción Laboral sugiere a los trabajadores abstenerse de firmar un nuevo contrato, hasta no recibir asesoría de un profesional -Cuando llegue el periodo de revisión salarial, el empleado debe procurar solicitar un aumento, ya que ahora la carga fiscal es más alta para él -Los montos (en especie o efectivo) que antes formaban parte de las prestaciones, ahora se integran al salario directo, sobre el cual se gravará el ISR, la cuota del IMSS, el pago al crédito Infonavit (de tener uno vigente), entre otros - La ley permite a las empresas mantener las prestaciones separadas del salario, como en el 2013, lo cual es mejor para el trabajador porque el patrón absorbe la carga fiscal. Este esquema lo conservaron algunas empresas e instituciones en Jalisco, como el caso del ITESO
POR QUÉ NO ESTALLA UNA REVOLUCIÓN 571 Votes ¿Te has preguntado alguna vez porqué nadie reacciona ante la infame oleada de opresión y abusos de todo tipo que estamos sufriendo? ¿No te produce perplejidad el hecho de que tras tantas y tantas revelaciones sobre casos de corrupción, injusticias, robos y burlas a la ley y a la población en general, a la cual se le ha robado literalmente el presente y el futuro, no suceda absolutamente nada? ¿Te has preguntado porqué no estalla una Revolución masiva y por qué todo el mundo parece estar dormido o hipnotizado? Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial. Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención. El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario. La información ya no tiene relevancia Desvelar los más oscuros secretos y sacarlos a la luz ya no produce ningún efecto, ninguna respuesta por parte de la población. Por más terribles e impactantes que sean los secretos revelados. Durante décadas hemos creído que los luchadores por la verdad, los informadores capaces de desvelar asuntos encubiertos o airear los trapos sucios, podían cambiar las cosas. Que podían alterar el devenir de la historia. De hecho, hemos crecido con el convencimiento de que conocer la verdad era crucial para crear un mundo mejor y más justo y que aquellos que luchaban por desvelarla eran el mayor enemigo de los poderosos y de los tiranos. Y quizás durante un tiempo ha sido así. Pero actualmente, la “evolución” de la sociedad y sobretodo de la psicología de las masas nos ha llevado a un nuevo estado de cosas. Un estado mental de la población que no se habría atrevido a imaginar ni el más enajenado de los dictadores. El sueño húmedo de todo tirano sobre la faz de la tierra: no tener que ocultar ni justificar nada ante su pueblo. Poder mostrar públicamente toda su corrupción, maldad y prepotencia sin tener que preocuparse de que ello produzca ningún tipo de respuesta entre aquellos a los que oprime. Ésta es la realidad del mundo en el que vivimos. Y si crees que esto es una exageración, observa a tu alrededor. El caso de España es palmario. Un país inmerso en un estado de putrefacción generalizado, devorado hasta los huesos por los gusanos de la corrupción en todos los ámbitos: el judicial, el empresarial, el sindical y sobretodo el político. Un estado de descomposición que ha rebosado todos los límites imaginables, hasta salpicar con su pestilencia a todos los partidos políticos de forma irreparable. Y sin embargo, a pesar de hacerse públicos de forma continuada todos estos escándalos de corrupción política, los españoles siguen votando mayoritariamente a los mismos partidos, derivando, como mucho, algunos de sus votos a partidos subsidiarios que de ninguna manera representan una alternativa real. Ahí está el alucinante caso de la Comunidad Valenciana, la región más representativa del saqueo desvergonzado perpetrado por el Partido Popular y donde, a pesar de todo, este partido de auténticos forajidos y bandoleros sigue ganando las elecciones con mayoría absoluta. Una vergüenza inimaginable en cualquier nación mínimamente democrática. Y desgraciadamente, el caso de Valencia es solo un ejemplo más del estado general del país: ahí tenemos el indignante caso de Andalucía dominada desde hace décadas por la otra gran mafia del estado, el PSOE, que junto con sus socios de los Sindicatos y el apoyo puntual de Izquierda Unida han robado a manos llenas durante años y años. O el caso de Cataluña con Convergencia y Unió, un partido de elitistas ladrones de guante blanco, por poner otro ejemplo más. Y es que podríamos seguir así por todas las comunidades autónomas o por el propio gobierno central, donde las dos grandes familias político-criminales del país, PP y PSOE, se han dedicado a saquear sin ningún tipo de recato. Y a pesar de hacerse públicos todos estos casos de corrupción generalizada; a pesar de revelarse la implicación de las altas esferas financieras y empresariales, con la aquiescencia del poder judicial; a pesar de demostrarse por activa y por pasiva que la infección afecta al Sistema en su generalidad, en todos los ámbitos, imposibilitando la creación de un futuro sano para el país; a pesar de todo ello, la respuesta de la población ha sido…no hacer nada. La máxima respuesta de la ciudadanía ha sido “ejercer el legítimo derecho de manifestación”, una actividad muy parecida a la que hace la hinchada cuando su equipo de fútbol gana una competición y sale en masa a la calle para celebrarlo. Es decir, nadie ha hecho nada efectivo por cambiar las cosas, excepto picar cacerolas. Y el caso de la corrupción política desvelada en España y la nula reacción de la población es solo un ejemplo de entre muchos tantos a lo largo y ancho del mundo. Ahí está el caso del deporte de masas, azotado como está por la sospecha de la corrupción, de la manipulación y del dopaje y por la más que probable adulteración de todas las competiciones bajo el control comercial de las grandes marcas…y a pesar de ello, sus audiencias televisivas y su seguimiento no solo no se ve afectado, sino que sigue creciendo cada vez más y más y más… Pero todos estos casos empequeñecen ante la gravedad de las revelaciones hechas por Edward Snowden y confirmadas por los propios gobiernos, que nos han dicho, a la cara, con luz y taquígrafos, que todas nuestras actividades son monitoreadas y vigiladas, que todas nuestras llamadas, nuestra actividad en redes sociales y nuestra navegación en Internet es controlada y que nos dirigimos inexorablemente hacia la pesadilla del Gran Hermano vaticinada por George Orwell en “1984”. Y lo que es más alucinante del caso: una vez “filtradas” estas informaciones, nadie se ha preocupado de rebatirlas. ¡Ni mucho menos! Todos los medios de comunicación, los poderes políticos y las grandes empresas de Internet implicadas en el escándalo han confirmado públicamente este estado de vigilancia como algo real e indiscutible. Como mucho han prometido, de forma poco convincente y con la boca pequeña que no van a seguir haciéndolo… ¡Incluso se han permitido el lujo de dar algunos detalles técnicos! ¿Y cuál ha sido la respuesta de la población mundial cuando se ha revelado esa verdad? ¿Cuál ha sido la reacción general al recibir estas informaciones? Ninguna. Todo el mundo sigue absorto con su smartphone, sigue revolcándose en el dulce fango de las redes sociales y sigue navegando las infestadas aguas de Internet sin mover ni una sola pestaña… Así pues, ¿De qué sirve saber la verdad? En el caso hipotético de que Edward Snowden o Julian Assange sean personajes reales y no creaciones mediáticas con una misión oculta, ¿De qué habrá servido su sacrificio? ¿Qué utilidad tiene acceder a la información y desvelar la verdad si no provoca ningún cambio, ninguna alteración, ni ninguna transformación? ¿De qué sirve saber de forma explícita y documentada que la energía nuclear solo nos puede traer desgracias, como nos demuestran los terribles accidentes de Chernobyl y Fukushima, si tales revelaciones no surten ni el más mínimo efecto? ¿De qué nos sirve saber que los bancos son entidades criminales dedicadas al saqueo masivo si seguimos utilizándolos? ¿De qué nos sirve saber que la comida está adulterada y contaminada por todo tipo de productos tóxicos, cancerígenos o transgénicos si seguimos comiéndola? ¿De qué nos sirve saber la verdad sobre cualquier asunto relevante si no reaccionamos, por más graves que sean sus implicaciones? No nos engañemos más, por duro que sea aceptarlo. Afrontemos la realidad tal y como es. En la sociedad actual, saber la verdad ya no significa nada Informar de los hechos que verdaderamente acontecen, no tiene ninguna utilidad real Es más, la mayoría de la población ha llegado a tal nivel de degradación psicológica que, como demostraremos, la propia revelación de la verdad y el propio acceso a la información refuerzan aún más su incapacidad de respuesta y su atonía mental. La gran pregunta es: ¿POR QUÉ? ¿Qué nos ha conducido a todos nosotros, como individuos, a este estado de apatía generalizado? Y la respuesta, como siempre sucede cuando nos hacemos preguntas de este calado, resulta de lo más inquietante. Y está relacionada, directamente, con el condicionamiento psicológico al que está sometido el Individuo en la sociedad actual. Pues los mecanismos que desactivan nuestra respuesta al acceder a la verdad, por más escandalosa que ésta resulte, son tan sencillos como efectivos. Y resultan de lo más cotidiano. Simplemente todo se basa en un exceso de información En un bombardeo de estímulos tan exagerado que provoca una cadena de acontecimientos lógicos que acaban desembocando en una flagrante falta de respuesta. En pura apatía. Y para luchar contra este fenómeno, resulta clave saber cómo se desarrolla el proceso… ¿CÓMO SE DESARROLLA EL PROCESO? Para empezar, debemos entender que todo estímulo sensorial que recibimos está cargado de información. Nuestro cuerpo está diseñado para percibir y procesar todo tipo de estímulos sensoriales, pero la clave del asunto radica en la percepción de información de carácter lingüístico, entediendo por “lingüistico”: todo sistema organizado con el fin de codificar y transmitir información de cualquier clase. Por ejemplo, escuchar una frase o leerla implica una entrada de información en nuestro cerebro, de caracter lingüístico. Pero también lo implica ver el logo de una empresa, escuchar las notas musicales de una canción, ver una señal de tráfico o oir la sirena de una ambulancia, por poner algunos ejemplos… Una persona en el mundo actual, está sometida a miles y miles de estímulos lingüisticos de este tipo a lo largo de un día normal, muchos de ellos percibidos de forma consciente, pero la inmensa mayoría percibidos de forma inconsciente, que deben ser procesados por nuestro cerebro. El proceso de captación y procesamiento de esta información lo podríamos dividir básicamente en 3 fases: percepción, valoración y respuesta Percepción Sin lugar a dudas, formamos parte de la generación con mayor capacidad de procesamiento de información a nivel cerebral de la toda historia de la humanidad, con muchísima diferencia, sobretodo a nivel visual y auditivo. Es más, a medida que nacen y crecen nuevas generaciones, éstas adquieren una mayor velocidad de percepción de información. Una muestra de ello la podemos encontrar en el propio cine. Visualiza un antiguo western de John Wayne, en una secuencia cualquiera de acción, como por ejemplo, un tiroteo. Y después visualiza una secuencia de un tiroteo o de una persecución de coches en una película actual. Cualquier secuencia de acción de una película actual está trufada de sucesiones rapidísimas de planos de corta duración. En tan solo 3 o 4 segundos verás diferentes planos: la cara del protagonista conduciendo, la del acompañante gritando, la mano en el cambio de marcha, el pie pisando el pedal, el coche esquivando un peatón, el perseguidor que derrapa, el malo que agarra la pistola, como dispara por la ventanilla, etc…y cada plano habrá durado apenas décimas de segundo. Las imágenes se suceden a toda velocidad como los disparos de una ametralladora. Y sin embargo eres capaz de verlas todas y procesar el mensaje que contienen. Ahora ponte la película de John Wayne. No encontrarás sucesiones de planos a ritmo de ametralladora, sinó sucesiones de planos mucho más largos en duración y con mayor tamaño de campo visual. Probablemente, un espectador de la época de John Wayne se habría mareado viendo una película actual, pues no estaría acostumbrado a procesar tanta información visual a tanta velocidad. Esto es un ejemplo sencillo del bombardeo de información al que está sometido el cerebro de alguien en la actualidad, en comparación con el de una persona de hace tan solo 50 años. Añádele a esto todas las fuentes de información que te rodean, como la televisión, la radio, la música, la omnipresente publicidad de todo tipo, las señales de tráfico, los diferentes y variados ropajes que viste cada una de las personas con las que te cruzas por la calle y que representan, cada uno de ellos una serie de códigos lingüísticos para tu cerebro, la información que ves en tu móvil, en la tablet, en internet y añádele, además, tus compromisos sociales, tus facturas, tus preocupaciones y los deseos que te han programado tener, etc, etc, etc… Se trata de una auténtica inundación de información que debe procesar tu cerebro continuadamente. Y todo ello en un cerebro del mismo tamaño y capacidad que el de ese espectador de los westerns de John Wayne hace 50 años. Por lo visto, parece que nuestro cerebro tiene capacidad suficiente para percibir tales volúmenes de información y comprender los mensajes asociados a esos estímulos. Ahí no radica el problema. De hecho parece que nuestro cerebro disfruta con ello, pues nos hemos convertido en adictos al bombardeo de estímulos. El problema aparece en la siguiente fase. Valoración Es cuando debemos valorar la información recibida, es decir, cuando llega la hora de juzgar y analizar sus implicaciones, que nos topamos con nuestras limitaciones. Porque, literalmente, no disponemos de tiempo material para hacer una valoración en profundidad de esa información. Antes de que nuestra mente, por sí misma y con criterios propios, pueda juzgar de forma más o menos profunda la información que recibimos, somos bombardeados por una nueva oleada de estímulos que nos distraen e inundan nuestra mente. Es por esta razón que nunca llegamos a valorar en su justa medida, la información que recibimos, por importantes que sean sus posibles implicaciones. Para comprenderlo mejor, vamos a utilizar una analogía, en forma de pequeña historia. Imaginemos a una persona muy introvertida, que pasa la mayor parte de su tiempo encerrada en casa. Prácticamente no tiene amigos ni entabla relaciones sociales de ningún tipo. Ahora supongamos que esa persona baja al supermercado a comprar una botella de leche y cuando va a pagarla, se le cae al suelo y la rompe, causando gran estruendo y manchando su ropa a ojos de todos los clientes y de la cajera. Cuando esa persona vuelva a su casa, aislada de toda relación y estímulo social, probablemente dará un gran valor a lo acontecido en el supermercado. Se preguntará por qué le cayó la leche y qué movimiento en falso realizó para que eso sucediera; se preguntará si fue culpa suya o fue culpa de la botella que era demasiado resbaladiza; analizará en su cabeza la mirada de la cajera y los gestos y comentarios de todos y cada uno de los clientes; incluso observará las manchas en su ropa e intentará adivinar lo que pensaban sobre ella las demás personas al verla en esa situación. Se sentirá ridícula y juzgará aquel acontecimiento meramente anecdótico como mucho más importante de lo que realmente es. Simplemente porque para ella, ese ridículo en el supermercado será el gran acontecimiento social del día o de la semana. Y quizás no lo olvide nunca más en su vida. Ahora sustituyamos a la persona introvertida y sin relaciones por un modelo opuesto. Una persona extrovertida, que pasa el día entero rodeada de gran cantidad de personas y acontecimientos, interactuando frenéticamente con clientes y compañeros de trabajo, hablando por teléfono, concertando citas, comprando, vendiendo, haciendo reuniones, riendo, enfadándose y rematando el día tomando copas con los amigos. Supongamos que esta persona va a comprar la leche y también se le cae causando gran estruendo y manchándose la ropa. La valoración que hará del hecho será meramente anecdótica, pues representará un evento más de entre los muchos acontecimientos de carácter social que experimenta a lo largo de la jornada. Y en pocas horas se habrá olvidado de lo sucedido. Una persona en la sociedad actual se asemeja mucho al segundo modelo, sometida a gran cantidad de estímulos sensoriales, sociales y lingüísticos. Para nosotros, toda información recibida es rápidamente digerida y olvidada, arrastrada por la corriente incesante de información que entra en nuestro cerebro como un torrente. Porque vivimos inmersos en la cultura del twit, un mundo donde toda reflexión sobre un evento dura 140 caracteres. Y esa es la profundidad máxima a la que llega nuestra limitada capacidad de análisis. Es por esta razón, por nuestra impotencia a la hora de valorar y juzgar por nosotros mismos el volumen de información al que estamos sometidos, que la propia información que nos es transmitida lleva incorporada la opinión que debemos tener sobre ella, es decir, aquello que deberíamos pensar tras realizar una valoración profunda de los hechos. Es decir, el emisor de la información le ahorra amablemente al receptor el esfuerzo de tener que pensar. Ese es el procedimiento que utilizan los grandes medios de comunicación y en un mundo con individuos auténticamente pensantes sería calificado de manipulación y lavado de cerebro La televisión es un claro ejemplo de ello. Fijémonos en un noticiario cualquiera. Todas las noticias de todos las cadenas estan narradas de forma tendenciosa, de manera que contengan en su redactado y presentación no solo la información que debe ser transmitida, sinó la opinión que debe generar en el espectador. O más claramente aún, el ejemplo de las omnipreentes tertulias políticas, donde los tertulianos son calificados como “generadores de opinión”. Es decir, su función es generar la opinión que deberías fabricar por tí mismo. Así pues, el bombardeo contínuo e incesante de información en nuestro cerebro nos impide juzgar adecuadamente el valor de los hechos, con criterio propio y según nuestros códigos internos. Nos quita el tiempo que deberíamos tomarnos para sopesar las consecuencias de un acontecimiento y lo fragmenta en pedacitos de 140 caracteres y con ello, convierte en breve y superficial cualquier juicio que emitamos sobre una información recibida. Resumiendo: nos hace pensar “en titulares” y por norma general, esos titulares ni tan solo los pensamos nosotros mismos, sino que nos son inoculados con la propia información. Respuesta Una vez reducido a la mínima expresión nuestro tiempo de valoración personal de los hechos, entramos en la fase decisiva del proceso, aquella en que nuestra posible respuesta queda anulada. Aquí entran en juego las emociones y los sentimientos, el motor de toda respuesta y acción. Y es que al fragmentar y reducir nuestro tiempo dedicado a juzgar una información cualquiera, también reducimos la carga emocional que asociamos a esa información. Observemos nuestras propias reacciones: podemos indignarnos mucho al conocer una noticia cualquiera, ofrecida en un noticiario, como por ejemplo el desahucio forzoso de una familia sin recursos, pero al cabo de unos segundos de recibir esa información, somos bombardeados por otra información distinta que nos lleva a sentir otra emoción superficial diferente, olvidando así la emoción anterior. Para decirlo de forma gráfica y clara: de la misma manera que nuestra capacidad de juicio y análisis queda reducida a un twit, nuestra respuesta emocional queda reducida a un emoticono Y aquí es donde reside la clave del asunto. Es en este punto donde queda desactivada nuestra posible respuesta. Para comprenderlo mejor, volvamos a la analogía de las personas introvertida y extrovertida que rompían la botella de leche en el supermercado. La persona introvertida encerrada en su hogar, que ha otorgado un valor más profundo a los hechos acontecidos en el supermercado seguirá dándole vueltas al asunto una y otra vez. Es decir, no olvidará fácilmente las emociones vinculadas al ridículo que sintió en ese momento y con mucha probabilidad, esa exposición continuada a sus propias emociones acabará desembocando en un sentimiento de incomodidad ante la posibilidad de volver al lugar de los hechos. Así pues, es muy posible que esa persona no vuelva durante un tiempo a comprar en ese supermercado, aunque eso implique que ha que ir bastante más lejos a comprar la leche. Hasta el punto de llegar a fabricar un sentimiento de repulsa hacia el propio establecimiento y las personas que la vieron hacer el ridículo. Es decir, la energía emocional que habrá volcado sobre ese hecho concreto, habrá terminado desembocando en una reacción efectiva ante el hecho en sí. Sin embargo, la persona extrovertida volverá sin ningún problema al supermercado a comprar leche, pues en su mente, el suceso llevará asociada muy poca carga emocional. Como mucho, quizás se ruborice un poco al ver a la cajera o a algún cliente. Es decir, la persona extrovertida, no emprenderá acciones efectivas y tangibles derivadas del suceso de la botella de leche. Más allá de las valoraciones que hagamos sobre estos personajes inventados, estos ejemplos nos sirven para demostrar que el bombardeo incesante de información al que estamos sometidos acaba desembocando en una fragmentación de nuestra energía emocional y por ello acabamos ofreciendo una respuesta superficial o nula. Una respuesta que en momentos como el que vivimos, intuímos debería ser mucho más contundente y que sin embargo, no llegamos a generar porque carecemos de energía suficiente para hacerlo. Y todos observamos desesperados a los demás y nos preguntramos “¿Por qué no reaccionan? ¿Por que no reacciono yo?” Y esa impotencia desemboca, al final, en una sensación de frustración y apatía generalizadas. Ésta parece ser la razón básica por la que no se produce una Revolución cuando, por la lógica propia de los acontecimientos, debería producirse. Se trata pues, de un fenómeno meramente psicológico Éste es el mecanismo básico que aborta toda respuesta de la población ante los continuos abusos recibidos. La BASE sobre la que se sustentan todas las manipulaciones mentales a las que estamos sometidos actualmente. El mecanismo psicológico que mantiene a la población idiotizada, dócil y sumisa Lo podríamos resumir así: El excesivo bombardeo de información nos impide tomarnos el tiempo necesario para otorgar el valor adecuado a cada información recibida y con ello, nos impide asociarle la suficiente carga emocional como para generar una reacción efectiva y real ¿CONSPIRACIÓN O FENÓMENO SOCIAL? Poco importa si todo esto forma parte de una gran conspiración para controlarnos o si hemos llegado a este punto por la propia evolución de la sociedad, porque las consecuencias son exactamente las mismas: los más poderosos harán lo posible por mantener estos mecanismos en funcionamiento; incluso fomentarán tanto como puedan su desarrollo, simplemente porque les beneficia. De hecho, la propia revelación de la verdad favorece estos mecanismos. A los más poderosos ya no les importa mostrarse tal y cómo son ni desvelar sus secretos, por sucios y oscuros que éstos sean. Revelar estas verdades ocultas contribuye en gran medida a aumentar el volumen de información con el que somos bombardeados. Cada secreto sacado a la luz crea nuevas oleadas de información, que puede ser manipulada e intoxicada con datos adicionales falsos, contribuyendo con ello a la confusión y al caos informativo y con ello a nuevas oleadas secundarias de información que nos aturdan aún mas y nos suman más profundamente en la apatía. Si combinamos esta apatía, fruto de la poca energia emocional con la que intentamos responder, con las tremendas dificultades que el propio sistema nos pone a la hora de castigar a los responsables, se generan nuevas oleadas de frustración, cada vez más acusadas, que nos llevan, paso a paso, a la rendición definitiva y a la sumisión absoluta. Así pues, no lo dudes: a las personas que ostentan el poder les interesa bombardearte con enormes volúmenes de información lo más superficial posible Porqué una vez instaurada en la sociedad esta forma de interactuar con la información recibida, todos nosotros nos convertimos en adictos a ese incesante intercambio de datos. El bombardeo de estímulos representa una auténtica droga para nuestro cerebro, que cada vez necesita más velocidad en el intercambio de informaciones y exige menos tiempo para tener que procesarlas. Nos sucede a todos: cada vez nos cuesta más dedicar tiempo a leer un artículo largo cargado de información estructurada y razonada. Exigimos que sea más resumido, más rápido, que se lea en una sola línea y que se ingiera como una pastilla y no como un ágape decente. Nuestro cerebro se ha convertido en un drogadicto de la información rápida, en un yonqui ávido de contínuos chutes de datos que ingerir, a poder ser pensados y analizados por cualquier otro cerebro, para no tener que hacer el esfuerzo de fabricarnos una compleja y contradictoria opinión propia. Porque odiamos la duda, pues nos obliga a pensar. Ya no queremos hacernos preguntas. Solo queremos respuestas rápidas y fáciles. Somos y queremos ser antenas receptoras y replicadoras de información, como meros espejos que rebotan imágenes externas. Pero los espejos son planos y no albergan más vida en ellos que la que reflejan proviniendo del exterior. Hacia ahí se dirige el ser humano de forma acelerada. ¿Vamos a permitirlo? CONCLUSIÓN Quizás todo lo expuesto anteriormente no es lo que querías escuchar. Es poco estimulante y resulta algo complicado y farragoso, pero las realidades complejas no pueden reducirse a un ingenioso titular en forma de twit. Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde estan en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos. Ahí es donde se está dirimiendo la auténtica guerra por el futuro de la humanidad Nadie nos salvará desde un púlpito con brillantes proclamas y promesas de una sociedad más justa y equitativa. Nadie nos salvará sólo contándonos la supuesta verdad, ni desvelando los más oscuros secretos de los poderes en la sombra. Como acabamos de ver, la información y la verdad ya no tienen importancia, porque nuestros mecanismos de respuesta están averiados. Debemos descender hasta ellos y repararlos; y para conseguirlo, debemos saber cómo funcionan. Para ello no será necesario hacer un complejo curso de psicología: observando con atención y razonando por nosotros mismos podemos conseguirlo. Porque no se trata de algo esotérico ni fundamentado en creencias extrañas de carácter Místico, Religioso o New Age. Es pura lógica: No hay revolución posible sin una transformación profunda de nuestra psique a nivel individual. Porque nuestra mente está programada por el Sistema. Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente. ¿Tú lo vas a hacer? GAZZETTA DEL APOCALIPSIS